Resumen Jueves Santo 2008

Con la mente puesta en el día anterior,
tras la decisión de la Hermandad
del Medinaceli de no salir
en cortejo procesional por motivos
meteorológicos, los hermanos
de la entidad nazarena temían
que la historia se volviera
a repetir en la tarde del Jueves
Santo. Sin embargo, el tiempo
fue acompañando durante todo
el día y esto hizo posible la salida
de la Venerable Hermanad de
Nuestro Padre Jesús Nazareno
‘el Ardero’, acompañado por
María Santísima de los Dolores
y el discípulo San Juan Evangelista.
La multitud se congregaba en
los alrededores del parque del
Ayuntamiento, en la plaza de la
Inmaculada, para asistir, alrededor
de las ocho y media de la
tarde, a la apertura del Jueves
Santo (tras los cultos correspondientes)
con la llegada de la
cruz de guía a las puertas del templo.
La salida de la hermandad
decana de la Semana de Pasión
barbateña no sufriría, en principio,
ningún cambio y el recorrido
sería el establecido.
Después de casi veinte años,
el paso de misterio y el de palio
no fueron portados a costal por
los Hermanos Costaleros Nazarenos
de Barbate. En su lugar, la
Peña chiclanera ‘La Ilusión’ hizo
lo propio y sus costaleros fueron
los encargados de pasear por Barbate
a un Cristo que hacía la salida,
con los sones de la banda
barbateña, compasando un ‘A tí
Manué’. Otra de las novedades
sería la ausencia de agrupación
musical para el Nazareno, en su
sustitución, un Trío de música
de capilla hizo sonar los instrumentos
para acompañar a Jesús
en su pesado camino hacia el
Gólgota, o monte de la Calavera,
donde debía ser crucificado.
En este caso adornado con casi
doscientas docenas de claveles
rojos en la canastilla con forma
de montículo, por donde camina
Jesús y donde apoya su cruz.
Como tercer dato novedoso la
talla de San Juan volvió a estar en
el paso de palio, tras sus años cargados
por las Hermanas Costaleras
de Barbate.
Pese a que el tiempo no auguraba
una mala noche, en el
momento justo en el que la banda
de música comenzaba a entonar
‘Caridad del Guadalquivir’,
una ligera lluvia complicaba
el cortejo que tuvo que alternar
su recorrido sobre la marcha.
A partir de ahí, un pequeño
caos se impuso en plena Carrera
Oficial y, mientras ‘el Ardero’
prosiguió de forma rápida
su marcha hacia su sede canónica,
‘la Dolorosa’ acortó el recorrido
por la calle San Paulino.
Poco a poco se fue restableciendo
la calma y los pasos se
agruparon frente a San Paulino
para entrar en el Templo. ‘El Ardero’
espero a su Madre y entró
raudo para volver a ser contemplado
al culto en el altar derecho
de la parroquia barbateña. Aunque
todo se precipitó por los motivos
antes comentados, la entrada
estaba prevista para las
doce de la noche y a esa hora, se
cerraron la puertas de San Paulino,
para que se fuera preparando
la estación de penitencia
de la Cofradía del Cristo del
Amor.
Un año más, con susto meteorológico
incluido, la hermandad
más antigua de la localidad
paseó sus titulares por sus calles
con olor a incienso, cera y flores.
Dicen algunos, que esas gotas de
lluvia que cayó sobre Agustín
Varo, fueron lágrimas que el Ardero
y la Dolorosa derramaron,
entristecidos por la falta de entendimiento,
por no ir navegando
con sus marineros... por no
ser timoneados por sus costaleros.
La lógica debe imperar y las
aguas deben volver a su cauce.
Un pequeño ‘caos’
imperó en plena
Carrera Oficial
por la lluvia